Cuando inicié mi hobbie de hacer cerveza, comencé usando cualquier cantidad de ingredientes complejos como café, chocolate, frutas y otros, con la expectativa de lograr cervezas originales, pero los resultados generalmente no fueron los esperados.
La primera vez que utilicé chocolate, usé más de lo necesario, y para empeorar comencé a adicionarlo desde el principio del hervor, lo cual le agregó un sabor muy astringente a la cerveza. Hubiera preferido en ese entonces no adicionar el chocolate y disfrutar de una stout balanceada.
Cuando se aprende a preparar cerveza usando sólo malta y lúpulo es más fácil entender cómo los diferentes tipos de malta componen el cuerpo de la cerveza, y cómo los lúpulos le añaden diferentes sabores que van desde los más frutales hasta los más herbales y amargos. Además, la utilización de diferentes tipos de levadura permiten apreciar los diferentes efectos de fermentación.
Experimentando sólo con malta y lúpulo logré entender el rol de estos componentes y escogerlos apropiadamente para la cerveza que quiero llevar a cabo. Por ejemplo, usando sólamente malta 2-row o pilsner hace que el sabor de la cerveza sea principalmente determinado por el lúpulo. Si deseo hacer una cerveza cítrica debo optar por una gran cantidad de estas maltas principales y usar lúpulos cítricos como Galaxy, Amarillo o Citra. O por el contrario, si deseo lograr una cerveza amarga herbal, debo optar por maltas como la Rye (centeno) en combinación de un poco de Caramel, y lúpulos como el Warrior que es neutral y amargo.
Luego de adquirir cierta experiencia en la selección de maltas y lúpulos es más fácil usar otros ingredientes, pues se puede en cierta forma manejar la receta para que tales ingredientes complejos vayan a tono con los ingredientes básicos.